LAS PALABRAS HÍBRIDAS DE PAÚL PUMA.
(Observaciones sobre el poema “Mischa”)
(Nuestro contemporáneo nacido en Quito, Ecuador, 1972).
La
poesía (dijimos) tiene el deber, la responsabilidad de ser moderna. Y
moderna no significa calcar los procedimientos que en su día conformaron
la vanguardia ––––estrategia facilista que secuestra mecanismos de un
periodo 'exitoso' del arte, sin percibir que al apropiarlos también
arrastra consigo el espíritu de un momento histórico que ya no le
pertenece ––––sino de encontrar aquellos que cada época demanda y porta
dentro suyo. Se confirma de aquel modo esa sensación de “replacement” y
no de hallazgo que nada tiene que ver con la modernidad. Una impostura
de la poesía y de la historia.
Sin
embargo, cuan diferente y cuan bien situada (en sus ‘quistes’, en su
propia conflictualidad) nos parece la poesía de Paúl Puma, en mi
opinión el gran poeta vanguardista de Ecuador de estos tiempos. Su
escritura apunta, definitivamente, a un descentramiento del
poema-modelo, adecuado a la experiencia lectora de una colectividad.
Ante
sus textos las referencias de la poesía y de su historia se dan como
los fragmentos de un cántaro roto que el lector debe restaurar en un
cuarto oscuro. Los fragmentos de luz son idénticos a los del escrito
(primer obstáculo a salvar). El proceso, disímil al de las escrituras
barrocas, genera sin embargo otra dificultad ––––no de comprensión sino
de ilación o perspectiva––––y que es su gran virtud. La de recomponer un
orden que no procede según la lógica lectora tradicional. Un desafío
que inserta al leyente en un continuo y refractario movimiento-lúdico.
Una vez allí las fracciones verbales se proyectan unas contra otras.
Fuego cruzado de neologismos que se descomponen sin final. Un viaje,
asombroso y no menos tenebroso, al país de las deconstrucciones
lingüísticas donde el dolor parece anestesiado por el dolor, otorgando
al lenguaje y de ningún modo al pathos, la conducción y responsabilidad
de la escritura.
Así
vemos por ejemplo como un sustantivo (“Mischa”) al deconstruirse,
pierde su carácter nominal y se transforma, da lugar a una ciudad,
maximizándose en la experiencia de sujeto y lector ¿por la magia? no,
por la violencia asociativa que se ejerció sobre el lenguaje (y sus
significantes) hasta crear otros significados.
“Øh
Mischa
MISCHita
MISCHilla
MISCHiñha
MISCHÍPOLIS
Æh Mischa
Aquí estoy
Sin nombre
Dando vuelta a las páginas vacías […]
escupo
giro
y me atraganto con balidos pop
Anorexia: leche derramada
Tecnología de la infamia: sound track post-hiper-hipo-ultra-re-moderno
HIPEO
Tiemblo despacio en los labios de esta despiadada máquina de escribir
Hace mucho tiempo ya que me volví virtual: potlach
Puro marketing
demasiada telemática […]”
Así
el aullido del sujeto tras la memoria lacerante del otro (pérdida), nos
conduce por el territorio minado de dos lenguajes: el marginal, el
informático. La velocidad de esta escritura, como en aquel “Poema
tirado por caballos” de Boccanera, nos lleva de la mano y sumerge en los
paraísos espectrales de la parodia. Del teatro; puesta donde lo infame
(sic) sustituye a la emoción. ¿Es el sujeto un actor que ladra mientras
pregona al mundo su dolorosa y obscena metafísica?
“K ariño
Quiero Letras híbridas para escuchar despacio
Quiero escribir ¡Eureka!
pero al fin la radio del automóvil
me traiciona
y estoy ebrio ya sin vos
y sigo despiadado
y sólo quiero regresar a nuestro depar
con los ojos impuestos sobre la línea del camino
crear un poco de Soledumbre acaso
y alcanzar el bienestar que no pudo inocular el frenesí
Quiero brindar los huesos a la luna y con el espíritu firme en la embriaguez
palpar con mis manos
los anuncios traspapelados rotos traspapelados que dibujan tu figura rala[…]”
Ingreso
en un mercurio alucinante, el de la lengua que se quiebra y reutiliza a
sí misma. Después de su lectura las preguntas llueven. ¿Qué códigos
debe aceptar la poesía para ser? ¿Qué elementos metalingüísticos son
admisibles, o realmente utilizables? ¿No es el lenguaje mismo ya un
sentido? ¿No aparece el sentido en cada proyección del lenguaje, en su
flujo, inutilizando el discurso de la secuencia a que la determinación
lógica nos acostumbró? ¿No emerge por demás, la poesía, en aquella zona
no accesible a su materialidad filológica? ¿Es la semántica un manto
freático inamovible que late ante la combinatoria infinita de palabras; o
por el contrario son aquellas quienes al moverse lo fundan?
Lo
cierto es que la experimentación de PP saca a la poesía de su
aceptabilidad y la expone ante el mundo como lo que es: un continuo
movimiento fonético-lingüístico en crisis, lo cual debe tomarse como
condición sine qua non del arte más notable.
Sus
textos fluctúan de la comprensión a la indeterminación dejando para el
lector la ardua tarea de reconstruir el sentido o más bien, de
interconectar aquellas puntas que lo definen. De este modo se instituye
otro modo de experiencia lectora, inusual en su secuencia; diríase
incluso pluridireccional, ya que su escritura admitiría leerse en (y
desde) diferentes itinerarios (posiciones) como si la
multi-referencialidad determinara (a su vez) la perspectiva del ojo, la
posición del inconsciente. Facilitándose la compresión sólo a partir
de la participación lúdica. O lo que es lo mismo, en su poesía el
lector percibe y recibe en tanto interactúe.
No
poemas (en su sentido historiográfico) sino acrósticos de la percepción
donde lo posicional, esto es el ensamblaje texto-espaciado, se
instituye, disuelve y afirma a medida que el ojo avanza.
En
la poesía de Paúl Puma no hay sitio a la secuela del confesionalismo
(vicio heredado de una supuesta Golden Age de nuestras letras). Tampoco
al patetismo doliente del sujeto en su papel de amante (esa literatura
del “yo” que ha saturado las tazas del decir en América Latina). Se
trata entonces de un yo de “utilería”, malditamente calculado,
tránsfuga. Su burla corrosiva de sí mismo y del otro, le sitúa en un
lugar donde el lenguaje destruye sus temáticas y se reutiliza como hilo
conductual del relato. Lo visible es su opuesto, su antagonista. En la
obra de PP hay que lanzarse del promontorio hacia ningún abismo; o
mejor: hacia el abismo dichoso, y voraz de la buena literatura.
Leamos entonces este-texto-extraño (aliteración incluida) de Paúl P.
_____
“MISCHA”(2012, fragmento)
Øh
Mischa
MISCHita
MISCHilla
MISCHiñha
MISCHÍPOLIS
Æh Mischa
Aquí estoy
Sin nombre
Dando vuelta a las páginas vacías
Putita
Me cago en la madre de las bLancas azucenas
escupo
giro
y me atraganto con balidos pop
Anorexia: leche derramada
Tecnología de la infamia: sound track post-hiper-hipo-ultra-re-moderno
HIPEO
Tiemblo despacio en los labios de esta despiadada máquina de escribir
Hace mucho tiempo ya que me volví virtual: potlach
Puro marketing
demasiada telemática
mi amor
Viejas redondas representan mis anteriores glorias infinitas
en oscuros pasadizos de la dicha
y yo
sólo te busco en el escenario
para dejar de tocar instrumentos musicales numéricos
Nunca me vas a entender
K ariño
Quiero Letras híbridas para escuchar despacio
Quiero escribir ¡Eureka!
pero al fin la radio del automóvil
me traiciona
y estoy ebrio ya sin vos
y sigo despiadado
y sólo quiero regresar a nuestro depar
con los ojos impuestos sobre la línea del camino
crear un poco de Soledumbre acaso
y alcanzar el bienestar que no pudo inocular el frenesí
Quiero brindar los huesos a la luna y con el espíritu firme en la embriaguez
palpar con mis manos
los anuncios traspapelados rotos traspapelados que dibujan tu figura rala
Cerezadelirante
Ya sé
que fabricamos nidos
con el palpitar de las tallas ínfimas de tus bragas
Ya sé
que a tu barbie
se le corrió salvajemente el blush
Ven aquí y toca este marsupial roedor
que paralizará este tiempo y este espacio
en tus ojos sagrados
sin necesidad de recurrir a aquel caníbal de la memoria
que se comía las uñas por esperar tu boca
en franca desviación
Ya sé
será normal que un día te brindes a otros ojos
a reciclar mentiras
K erida
pero
para entonces estaré muy lejos
sofocado de ingratitud
Ya sé que no soy más que un gua-gua
un emo hiriente con aspiraciones de hombre
pero que más le hago al corazón
que es una gota de rímel
sobre el ácido licor
Ah si por lo menos fuese un emo
un árbol chamuscado
un androide pre punk o funk
la sombra de un cristal filudo
una máscara poética
tan solo
Ketchup para los dos
en estas hojas
violentadas de nada
Mayonesa y chile picantísimo
para estos dedos
que te escriben
K
Ya eres más que mi poema HARDWARE
más que mi cibernética superstar
y mi salón de juegos sexuales preferido
Eres más que todas las niñas que escupí
eres más
eres más
eres más que todos los recitales que di
para ancianitos envueltos por la locura
y geishas aindiadas ataviadas con mantos de cobre
eres más que mis padres golpeándome
y extraditándome de mi comillas casa
Eres más que todos los armarios donde imaginé a David Ledesma y al estúpido de Hugo Mayo ahorcándose de mentira
con corbatas amarillas
y jirafas esquizofrénicas de peluche
Eres más que ese film polaco donde el tipo busca infinidad de formas para dormir en su cuarto
Eres
Eres más que este experimento de poema
Esa loba frágil y acolitadora y sucia y cariñosa
esa gatiÑHA que sabía dónde marcar los hitos de su impúdica alma
ese reptil azul pastel de plástico de alguna zona de Taiwan
Aún tengo tus huellas
tengo esos bultitos ocres de la piel con Budapest y Kenia y Groenlandia (...)