APUNTES SOBRE STORNAIOLO DE PAÚL PUMA
Conocí a Paúl Puma en Berlín, en el comienzo del invierno alemán. Se abrió la puerta de la combi en la que estaba y entró un joven arropado con sombrero, bufanda y lentes oscuros. Los dos estábamos vestidos de la misma manera ya que éramos negros y veníamos de América, de zonas templadas y, a veces, terriblemente calurosas. Lo primero que me llamó la atención fue su nombre: Paúl Puma. Recuerdo que pensé: "Un tipo que se llama así no puede escribir mal".
En las selvas de mi país, el puma está en extinción.
Es una gran pena que los hermosos felinos la tengan que yugar para poder quedarse en stock.
Por suerte, ahora, para mí, en el centro del calor está Paúl Puma.
Una noche después del encuentro que les relato, ya en la ciudad portuaria de Hamburgo, lo escuché leer. Iba a escribir, lo vi leer, pero no, a Paúl Puma uno lo escucha.
Es extraordinaria la manera en que narra sus poemas, el manejo de la respiración y la dramática que consigue con sólo un cono de luz, un micrófono y el papel escrito.
El libro Stornaiolo de Paúl Puma conserva la misma potencia en su escritura que pide por salir del papel y entrar a la historia.
Fabián Casas / Argentina
Premio Ana Seghers
martes, 28 de abril de 2009
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